Catherine Aiello

Hay fuentes sorprendentes de poder que se pueden encontrar al dejar de lado la narrativa general sobre el poder y el valor del trabajo de servicio. Hace cuatro años y medio tomé un trabajo a tiempo completo en el servicio de alimentos como una forma de salir de un trabajo que me hacía llorar todos los días. Siempre me encantó la comida, pero me resistí a las oportunidades de trabajar con ella. Entrar al mundo del servicio de alimentos me ayudó a desaprender algunas de mis suposiciones sobre el trabajo y el poder y el valor de los diferentes tipos de trabajo. Esta exposición te pide que entres en mi mundo y veas algo de lo que he visto y experimentado.

Sin embargo, no se deje engañar, el día a día es mucho menos agradable estéticamente (y mucho más grasiento) de lo que lo hago. Pero al hacer imágenes hermosas o intrigantes puedo iluminar lo que me gusta del trabajo, y puedo descubrir las cosas que antes eran invisibles para mí: el esfuerzo colectivo, los sistemas, la dinámica entre las diversas personas involucradas. No estoy aquí para decirles que la industria de servicios de alimentos es difícil, problemática y desigual. Aunque, por supuesto, eso es parte de esto. Pero también veo pequeños destellos de formas alternativas de poder. Cómo nos cuidamos, nos alimentamos y nos vemos. El poder de ver la belleza en la repetición, el poder de dar forma a nuestras propias narrativas.

Este trabajo es sobre todo eso. No solo el poder y la falta del mismo. No solo la monotonía y el humor. La idea de esta exposición surgió del deseo de hacer bella e interesante una experiencia que algunas personas ven como aburrida, estresante, sin valor. En lugar de esas narraciones, puedo ofrecerle mi visión y experiencia, como una comida cuidadosamente elaborada. Puede que no sea exactamente lo que ordenó, pero al menos podrá probar algo nuevo.

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-Catherine Aiello